El País, 29-12-2006
Josep Fuses y Joan Maria Viader son arquitectos que han desarrollado la parte más importante de su trabajo en Girona, ya sea restaurando el casco antiguo, adaptando un viejo hospital para que sirva de sede a los servicios administrativos de la Generalitat o reinterpretando las fachadas que dan al río Onyar. Ahora acaban de ganar, junto con otros dos proyectos de un equipo francés y otro holandés, un concurso de ideas internacional -se han presentado 275 proyectos- para crear un nuevo Palacio de Justicia en la capital francesa que, una vez se decida el proyecto definitivo, reemplace, en otro barrio, al actual.
La propuesta de Fuses-Viader pasa por recuperar para el uso judicial la vieja nave Freyssinet
"La idea era construir un edificio que respete el espíritu del barrio, un poco como lo dibuja Tardi en Brouillard au pont de Tolbiac, una zona popular, ferroviaria, de materiales industriales", explica Fuses, que se dice alérgico "a los arquitectos que lo que buscan es hacer el numerito, construir lo suyo olvidándose de lo que hay alrededor, y de lo que ha sido y es la zona". En París, en el momento de presentar su propuesta ante el público, Fuses insistió en que "los arquitectos debiéramos dejarnos de estética y preocuparnos más por la ética", y cuestionó ciertas ideas de monumentalidad asociadas a los edificios que quieren simbolizar el poder de la justicia.
El concurso exigía ofrecer 100.000 metros cuadrados para instalaciones judiciales y salvar la halle (nave industrial) diseñada por el ingeniero Eugène Freyssinet en 1929. "Se trata de una suerte de hangar de tres naves, de una maravillosa osamenta de hormigón de apenas cinco centímetros de grosor. Nosotros no sólo respetamos la halle, actualmente ocupada por transportes de mercancías, sino que proponemos adaptarla como parte del Palacio de Justicia, como sala de pasos perdidos y otras funciones. Es un lugar de una arquitectura transparente, democrática, sin significación especial y severa, es decir, adecuada para funciones ligadas a la justicia".
El presidente del jurado, Maximiliano Fuksas, distingue precisamente que "el proyecto respeta la necesidad de ligar los viejos barrios con el nuevo creado a la ribera del Sena, conserva y potencia la halle que da personalidad al barrio con su presencia, y reconcilia lo construido sobre una plataforma de cemento con lo que queda debajo del talud que ésa obliga a crear".Algunos miembros del jurado, en su mayoría integrado por profesionales franceses, vieron una cierta lógica en que sea Fosés quien mejor haya comprendido el respeto que se merece Freyssinet. "Fue un español, Fernández Ordóñez, quien publicó el mejor trabajo de análisis sobre los méritos de Freyssinet, y en concreto de ese almacén pensado para descargar mercancías de los trenes y que toma en consideración que los trabajadores ni se mojen ni estén sometidos a corrientes de aire".
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